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sábado, 5 de octubre de 2024
IRLANDA
jueves, 3 de octubre de 2024
FIODOR DOSTOIEVSKI (VII)
Hojas de té, William McGregor Paxton.
Veltchaninov durmió con sueño pesado, y no se despertó hasta las nueve y media. Levantóse entonces, se sentó sobre la cama, y se puso a pensar en la muerte de «aquella mujer».
La impresión que había sufrido a la noticia de aquella muerte tenía algo de confuso y doloroso. Había dominado su agitación delante de Pavel Pavlovich; pero ahora, que estaba solo, todo aquel pasado de hacía nueve años revivió súbitamente ante él con una claridad perfecta.
Había estado enamorado de aquella mujer, Natalia Vasilievna, la esposa de ese «Trusotskii» ; había sido su amante, cuando, con motivo de una herencia, se vio obligado a pasar todo un año en T… aunque la liquidación de la testamentaría no exigiese, realmente, una estancia tan prolongada. La verdadera causa fue aquel «lío». De tal modo le había absorbido aquella pasión, que vivió todo aquel tiempo como esclavizado por Natalia Vasilievna, y sin vacilar habría cometido las mayores locuras e insensateces por satisfacer su menor capricho. Jamás, ni antes, ni después, le había ocurrido aventura semejante. A fin de año, cuando la separación fue inevitable, y por más que la creyese de corta duración, Veltchaninov, al acercarse la fecha fatal, se había desesperado. A tal punto perdió la cabeza, que llegó a proponer a Natalia Vasilievna huir con ella y marcharse a vivir al extranjero. Se necesitó toda la resistencia tenaz y burlona de aquella mujer, que, al principio, por tedio o en broma, parecía encontrar atractivo el proyecto, para obligarle a irse solo.
El eterno marido
ENLACE A LAS ENTRADAS DE DOSTOIEVSKI.
Gracias, Manuela.