La historia de la escritura es apasionante, desde las `primeras raspaduras e incisiones en arcilla, hueso, cera o piedra hasta las plumas de la Edad Media, mucho más prácticas para escribir en pergamino o vitela. De hecho cuando vemos una, pensamos en la escritura.
De la librería Follas Novas de Santiago de Compostela.
De la editorial Alfaguara.
Troquelada. Editorial Roca.
Editorial NdeNovela y Emecé.
Del Museo de América y de la editorial Mondadori.
La pluma de ave, que se sumergía en tinta para escribir, era normalmente de ala de ganso o cisne (estas últimas las más costosas), aunque también se utilizaban de águila, cuervo, pato... La del ala izquierda era la preferida de los diestros, ya que al tener una ligera curvatura a la izquierda no tocaba la mano al escribir.
Claude Vignon, San Pablo.
Gustave Courbet, Retrato de Charles Baudelaire.
De Alcalá de Henares.
Del V centenario Teresa de Jesús, de olorAMAR, taller de escritura, y un fragmento de una obra de Zurbarán.
Editorial Hermida y Funambulista.
Pietro Antonio Rotari, Muchacha escribiendo una carta de amor.
Monumento funerario a Shakespeare en la iglesia de la Santísima Trinidad, en Stratford- upon-Avon, Reino Unido.
Editorial Hermida y Nórdica
Editorial Impedimenta.
De la librería Santos-Ochoa.
La pluma de metal o plumilla sustituyó a la pluma de ave a principios del siglo XIX. Su punta es de metal montada en un soporte, a menudo de madera. Se le llama también pluma de inmersión porque hay que sumergirla repetidamente en un tintero para recargarla y poder escribir.
Editorial Impedimenta y Salto de Página.
De un museo de Portugal.
De un diario de lecturas.
Pero esa plumilla de metal, también se puede montar en una pluma, aunque no sea de un ave real:
De la librería Santos-Ochoa.
Un largo camino hasta llegar a la pluma estilográfica, que incorpora un pequeño depósito de tinta, la cual fue muy importante en la escritura y los trabajos manuscritos desde el siglo XIX.
Editorial Plaza y Janés, Capitán Swing y Candaya.
Dejando de lado la importancia de las plumas en la historia de la escritura, también pueden ser objetos donde se demuestre el estilo y la personalidad de un artista, como en esta serie:
Y cierro la entrada mostrando el interior de este marcapáginas abierto. Si os fijáis, tiene una pequeña pluma real en la parte inferior.Editorial Mondadori.
Excelente recorrido por la historia de las plumas como elemento de escritura
ResponderEliminarSaludos
Coma sempre, moitos e moi bonitos.
ResponderEliminarBicos
Completamente de acordo com Goretti.
ResponderEliminarPara além da beleza dos marcadores, é a maneira como os mostras.
Apertas de boas férias🤗
Mas que maravilha! Tenho dois ou três destes.
ResponderEliminarBoa viagem!