CATEDRAL DE SIGÜENZA

 

Santa Librada entronizada, Joan Soreda, siglo XVI.

La obra. Santa Librada con la palma del martirio.

Retablo en el altar de Santa Librada, de la catedral de Sigüenza (la obra en la parte central)

   Existen diferentes fuentes hagiográficas sobre Santa Librada que son contradictorias y presentan anomalías sin historicidad real, lo cual no ha impedido su culto en diferentes ciudades y pueblos.

   Según cuenta la leyenda más extendida, del siglo II, Santa Librada era natural de Balcagia, hoy identificada como Bayona, en Galicia, en donde gobernaba su padre, Lucio Catelio Severo, regidor romano de Galicia y Portugal. Su esposa tuvo en un parto nueve hijas y pensando que podría ser considerada infiel a su marido, dio orden de arrojarlas al río de Ramallosa, a unos dos kilómetros de Bayona. La partera, movida por la compasión, se dirigió a un pueblo próximo y las dejó a cargo de una mujeres cristianas. Fueron bautizadas con los nombres de Quiteria Liberata (Librada), Victoria, Marina, Germana, Eufemia, Marciana, Genibera y Basilia. Pasados los años y educadas en la fe cristiana, una vez identificadas como hijas de Catelio, este les propuso honores si renunciaban al cristianismo. Ante la negativa, las recluye. Cuando logran escapar, se dispersan por distintas regiones, donde acabarían martirizadas. Estas localizaciones son como siguen:

Tres se quedan en Galicia (Santa Genibera, en Tuy; Santa Eufemia, en Bayona y Santa Marina, en Orense); Santa Quiteria y Santa Marciana, en Toledo; Santa Victoria en Córdoba; Santa Germana, en Cartago; Santa Basilia, en Siria; y Santa Librada se retiró a un bosque adoctrinando a muchos cristianos que se encontraban perseguidos. Juzgados y sentenciados los trasladaron a la ciudad lusitana de Castelo Branco donde la santa fue crucificada.

Ha sido patrona de la diócesis de Sigüenza durante más de ocho siglos.

(Información tomada del blog "Almanaque")

Catedral de Sigüenza.