martes, 31 de octubre de 2023

POEMAS Y CANCIONES

 Dos de mis poetas preferidos:



Moría el sol, y las marchitas hojas
de los robles, a impulso de la brisa,
en silenciosos y revueltos giros
sobre el fango caían:
ellas, que tan hermosas y puras
en el abril vinieran a la vida.

Ya era el otoño caprichoso y bello.
¡Cuán bella y caprichosa la alegría!
Pues en la tumba de las muertas hojas
vieron sólo esperanzas y sonrisas.

Extinguióse la luz: llegó la noche
como la muerte y el dolor, sombría;
estalló el trueno, el río desbordose
arrastrando en sus aguas a las víctimas;
y murieron dichosas y contentas...
¡Cuán bella y caprichosa es la alegría!

En las orillas del Sar.

Alborada final de 'Cantares Gallegos' de Rosalía de Castro con melodía de origen incIerto encontrada en una grabación de 1928 hecha por los Gaiteiros de Soutelo. Versión de 2009 a cargo de Carlos Núñez, Fernanda Takai, Marcelo Pretto, Jeneci & Alê Siqueira, y recogida en el álbum 'Alborada Do Brasil'.
Ilustración de Castelao.


Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.

  Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

  -Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
-Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
-Compadre, quiero morir,
decentemente en mi cama.
De acero, si.puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
-Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca. 
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
-Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

  Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal
herían la madrugada.

  Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
-¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

  Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña. 

Romancero Gitano.

"Verde que te quiero verde", Manzanita y Ketama.

5 comentarios:

  1. Encheste-me a alma com este post.
    Muito, muito obrigada!
    🤗🍁🍂

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  2. E a mim, também.
    Gostei da versão de Manzanita e Ketama que não conhecia.
    Bom dia!

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  3. Reconozco que Rosalía era y sigue siendo, mucha Rosalía, pero para mí, donde esté Lorca,...
    Dos mps muy interesantes
    Magnífica versión de este tema; sólo conocía la versión de Manzanita. Esta gente, en un momento, te montan una juerga espectacular
    Un abrazo

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  4. Gostei das duas músicas.
    Beijinhos:))

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  5. Tú sabes de mi voluntad por la poesía....pero sigo intentándolo, no creas...
    Preciosa entrada.
    Abrazos. Javier.

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