Me gusta la ilustración elegida que nos recuerda el confinamiento, cuando muchos de nosotros conocimos a varios de los vecinos de enfrente, "invisibles" hasta entonces.
Muy bonita ilustracion. Curiosamente conocí a mi vecino de enfrente durante el confinamiento (no lo había visto nunca en los siete años que llevamos en la casa); sacaba un amplificador por la ventana para poner musica desde las 19.30 hasta las 20.30; fue acabar el confinamiento..¡y volver a dejar de verlo...! En fin... Abrazos.
¡La misma experiencia! No volví a ver a ninguno (o no los reconozco; esto de la mascarilla tampoco ayuda) y también justo enfrente unos vecinos, que parecía ser pareja, ponían música con un amplificador después de los aplausos. Vuelta a la invisibilidad.
Yo creo que nos ha pasado a muchos. Nosotros nos saludábamos desde las ventanas. Lo de la música al final ... Bueno, lo dejo ahí. Preciosísimo marcapáginas y muy definitorio de la situación. Apertas.
Lo que dejas ahí lo de la música al final ¿qué quiere decir? ¿No te hacía bailar como aquella que nos arrancó a las dos hace unos años en el magosto? A ver cuándo nos echamos "otro pie" Ja, ja, ja.
Nunca fui de varandas, mas aquando dos confinamentos, desejei ter uma varanda para ler. Requisitei livros nas bibliotecas, que até os levavam a casa. Abraço.
Como no tengo vecinos cerca no tuve ninguna experiencia de ese tipo durante el confinamiento, aunque en los pueblos pequeños, como el mío, fue mucho más relajado. Además de que todos nos conocemos de cerca. Me encantan los marcapáginas que editan en la feria del libro de Valladolid. Saludos
El mps es muy bonito.En los pueblos , aunque sean relativamente grandes, como el mío, que tiene 13.000 habitantes, no tenemos ese desconocimiento de los vecinos, pues, al menos, los del barrio, nos conocemos todos y mucho más los de la calle, aunque algunos es mejor que se fueran, lo menos a Rusia. Y lo de la música durante el confinamiento, la verdad es que no sé a qué venía; en mi barrio había una familia que todas las tardes, desde las oco menos cuarto hasta las ocho y media ponía la música al máximo. Parecía que estábamos en una feria¡Qué cruz !. Abrazos
Pues a mí me alegraba la tarde. Parecía una verbena de pueblo y seguro que más de uno echó un pie (no es mi caso porque mi marido "no se deja", odia bailar).
Eso es lo bueno (y lo malo, según con quien se trate) que tienen los pueblos, que os conocéis todos. Bueno, con trece mil habitantes ya es un pueblo considerable.
Pteciosos los marcapáginas. Nosotros lo del confinamiento lo llevamos muy bien. Los vecinos nos conocemos mucho ya que las terrazas de la casa se comunican. Bueno,quiero decir wue aunque haya una valla nos vemos iguslmente. Una suerte tener una buena terraza, y en cuanto a la música, nada de nada , vivimos en un barrio de casas y cada uno la escucha en la suya. Por no haber a penas habían aplausos.... Saludos desde Poblet, estamos de vacaciones !!!! Montse y Domènec
Con lo que eché yo de menos una terraza durante el confinamiento...aunque a ratos, pues estuve tan ocupada que apenas me dio tiempo a pensar en ello; quizá fue más al terminarlo.
¡Qué bueno! Disfrutad del descanso; septiembre es un mes estupendo para ello.
Muy bonita ilustracion. Curiosamente conocí a mi vecino de enfrente durante el confinamiento (no lo había visto nunca en los siete años que llevamos en la casa); sacaba un amplificador por la ventana para poner musica desde las 19.30 hasta las 20.30; fue acabar el confinamiento..¡y volver a dejar de verlo...!
ResponderEliminarEn fin...
Abrazos.
¡La misma experiencia! No volví a ver a ninguno (o no los reconozco; esto de la mascarilla tampoco ayuda) y también justo enfrente unos vecinos, que parecía ser pareja, ponían música con un amplificador después de los aplausos. Vuelta a la invisibilidad.
EliminarAbrazoSS
Yo creo que nos ha pasado a muchos. Nosotros nos saludábamos desde las ventanas.
ResponderEliminarLo de la música al final ... Bueno, lo dejo ahí.
Preciosísimo marcapáginas y muy definitorio de la situación.
Apertas.
Lo que dejas ahí lo de la música al final ¿qué quiere decir? ¿No te hacía bailar como aquella que nos arrancó a las dos hace unos años en el magosto? A ver cuándo nos echamos "otro pie" Ja, ja, ja.
EliminarApertas ¿hacia dónde?.
Nunca fui de varandas, mas aquando dos confinamentos, desejei ter uma varanda para ler.
ResponderEliminarRequisitei livros nas bibliotecas, que até os levavam a casa.
Abraço.
A mí me encantan los balcones y durante el confinamiento, con el buen tiempo, eché tanto de menos una pequeña terraza...
ResponderEliminarAbrazos y paciencia, mucha paciencia.
Como no tengo vecinos cerca no tuve ninguna experiencia de ese tipo durante el confinamiento, aunque en los pueblos pequeños, como el mío, fue mucho más relajado. Además de que todos nos conocemos de cerca. Me encantan los marcapáginas que editan en la feria del libro de Valladolid.
ResponderEliminarSaludos
Seguro que en los pueblos no notasteis el agobio del confinamiento, aunque del miedo no creo que se librase nadie.
EliminarUn abrazo.
El mps es muy bonito.En los pueblos , aunque sean relativamente grandes, como el mío, que tiene 13.000 habitantes, no tenemos ese desconocimiento de los vecinos, pues, al menos, los del barrio, nos conocemos todos y mucho más los de la calle, aunque algunos es mejor que se fueran, lo menos a Rusia.
ResponderEliminarY lo de la música durante el confinamiento, la verdad es que no sé a qué venía; en mi barrio había una familia que todas las tardes, desde las oco menos cuarto hasta las ocho y media ponía la música al máximo. Parecía que estábamos en una feria¡Qué cruz !.
Abrazos
Pues a mí me alegraba la tarde. Parecía una verbena de pueblo y seguro que más de uno echó un pie (no es mi caso porque mi marido "no se deja", odia bailar).
EliminarEso es lo bueno (y lo malo, según con quien se trate) que tienen los pueblos, que os conocéis todos. Bueno, con trece mil habitantes ya es un pueblo considerable.
Abrazos.
Pteciosos los marcapáginas.
ResponderEliminarNosotros lo del confinamiento lo llevamos muy bien. Los vecinos nos conocemos mucho ya que las terrazas de la casa se comunican. Bueno,quiero decir wue aunque haya una valla nos vemos iguslmente. Una suerte tener una buena terraza, y en cuanto a la música, nada de nada , vivimos en un barrio de casas y cada uno la escucha en la suya. Por no haber a penas habían aplausos....
Saludos desde Poblet, estamos de vacaciones !!!!
Montse y Domènec
Con lo que eché yo de menos una terraza durante el confinamiento...aunque a ratos, pues estuve tan ocupada que apenas me dio tiempo a pensar en ello; quizá fue más al terminarlo.
ResponderEliminar¡Qué bueno! Disfrutad del descanso; septiembre es un mes estupendo para ello.
AbrazoSS.