Aún no había alcanzado los veinte años,
tiempo en el que era estudiante de la Escuela de Arte de Glasgow, cuando Alasdair Grey comenzó a escribir la que treinta años después terminaría convirtiéndose en uno de los hitos de la ficción novelesca del pasado siglo.
Lanark
bebe de Kafka y del cómic americano, de la ciencia ficción y del naturalismo en
una a la vez sarcástica y crepuscular fábula que viene acompañada en la edición de Marbot del diseño original del autor
–cuya actividad plástica ha incluido desde murales en edificios públicos hasta
las fundas de discos, además de la ilustración de sus propios libros–.
(Información tomada de Internet)