En el marcapáginas todavía se ven (desde los soportales de la Plaza Mayor) los olmos negrillos que tuvieron que ser talados debido a la enfermedad de la grafiosis que mató numerosos ejemplares de esta especie en toda Galicia hace ya dieciséis años. No quedó ni uno en pie a pesar de que se encargaron estudios a biólogos y les dieron tratamiento con feromonas a la treintena de ejemplares que formaban el olmedo. Las que sí se conservan son las ocho séforas o acacias japonesas, que se cree están cerca de cumplir cien años.
La Plaza Mayor es paseo obligado para todo visitante. Está presidida por el Concello, que data de 1738, con una fachada típica del barroco gallego.
En un extremo y al lado del Círculo de las Artes se encuentra un monumento dedicado a los fundadores de la ciudad: dos figuras en bronce de Paulo Fabio Maximo y el emperador romano Augusto.
Círculo de las Artes, Al fondo se ve una de las puertas de la muralla.
Una pena lo delos olmos; por aquí, la grafiosis también está haciendo delas suyas.
ResponderEliminarSe ve bonita la ciudad.
Un abrazo
Qué lástima el triste final de los olmos y a su vez, alegría por el centenario de las acacias japonesas.
ResponderEliminar¡Qué bonita ciudad!
Un abrazo.
Lucía.