VALENCIANOS EN GUERRA (1808-1814)

   La exposición Valencianos en guerra (1808-1814), que es el resultado de la colaboración entre el Archivo Histórico Provincial y la Universidad de Alicante, trata de dar a conocer y comprender cómo fue la existencia de los valencianos durante la Guerra contra Napoleón. Se puede visitar hasta junio.

Catalina Palop de Lagier.

Pertenecía a una familia de comerciantes de Alicante. Estaba muy preocupada por la salud de su hijo, Francisco, y porque le exigiesen la reincorporación al batallón de cazadores de Orihuela, en donde es cabo 1º. Está en el Hospital del Rey en Alicante y ha recaído de una grave enfermedad , según certifica el cirujano mayor, Don José Fons.

Antonia Barceló.

Es viuda del teniente coronel Fulgencio Molo, que sirvió con honor en el regimiento suizo Wimpffen, en Cataluña. Tras su muerte, viene a refugiarse a Alicante. En este tiempo de incertidumbre, da su consentimiento a los esponsales de su hija Francisca con Don José María Utrera, teniente de granaderos del batallón de voluntarios de Sevilla. Ahora está agregado al batallón de infantería de Canarias, acuartelado  en Alicante.

Catherine Balland.

Es "vivandière" del 88º regimiento de infantería francés. Eso significa que puede acompañar a los soldados para darles agua durante las largas marchas y en las batallas. Hay más mujeres que viven cerca de la tropa y sirven de otras formas: lavan y cosen la ropa, venden tabaco, cocinan...Y los  hombres pagan por estos servicios. 

Isabel Maestre.

Su marido era jornalero y ella también trabajaba en el campo de Villena. Durante un tiempo les pagaban con moneda francesa, pues apenas se veía alguna española. También los arrieros cobraban en esa moneda. Pero tenían un problema ya que no la admitían en tiendas y puestos públicos...Protestaron al ayuntamiento y este publicó un bando para que "la citada moneda corra por ahora, bajo pena de multa para quien no quiera recibirla, sin que esto sea visto como una adhesión al Gobierno Francés..."

Josefa Bosch, La Pardala.

Nació en un pueblo de Zaragoza en donde sus padres eran unos pequeños propietarios agrarios. Al casarse con Juan Sabater, tejedor, se trasladó a vivir a Morella. Desde que los franceses llegaron allí, hizo todo lo posible para expulsarlos. Así ayudó a la guerrilla que dirigía Asensio Nebot. Le dio información sobre el enemigo y refugio en su casa al que lo necesitaba. Por ello estuvo presa y condenada a morir en la horca.